La biosfera es la capa de la Tierra formada por todos los seres vivos que la habitan y el medio físico donde viven. Es decir, comprende todos los animales, plantas y microorganismos que viven en nuestro planeta. Sin embargo, también comprende el aire que respiran y con el que intercambian gases, la tierra sobre la que viven -de donde extraen recursos- y el agua que necesitan.
La biosfera se extiende por todas las partes de la Tierra donde podemos encontrar seres vivos y abarca desde los fondos oceánicos más profundos hasta los primeros 10 km de la atmósfera.
Los seres vivos de la biosfera, además de vivir sobre la superficie terráquea, también interaccionamos con sus diferentes capas y las modificamos. Por eso hemos dicho que la biosfera no sólo incluye a los seres vivos, sino también el medio en que habitan.
Uno de los ejemplos más extremos de esta modificación se produjo hace millones de años y afectó a la atmósfera. Hasta aquel momento, la atmósfera era rica en metano, amoniaco e hidrógeno, pero casi no tenía oxígeno. Hace 2.500 millones de años, algunos organismos empezaron a hacer la fotosíntesis, un proceso mediante el cual se aprovecha la luz solar para elaborar materia orgánica a partir del CO2 , y se expulsa oxígeno como sustancias de desecho. El resultado fue que la atmósfera quedó totalmente llena de oxígeno, un elemento que en aquel entonces era tóxico y casi ningún organismo podía respirar. Eso causó la muerte de millones de especies y casi acabó con la vida del planeta. Sólo sobrevivieron aquellos seres vivos que pudieron respirarlo, de los que descienden la mayoría de seres vivos existentes actualmente.
Los seres vivos sólo sobreviven en presencia de oxígeno, con alimento y calor suficientes. Casi todas las formas de vida se encuentran sobre la superficie de la tierra o cerca de ella, y el los mares y océanos, en los primeros 150 m. de profundidad. En otros lugares las condiciones son menos adecuadas para la vida. Las capas superiores de la atmósfera tienen poco oxígeno. Las cumbres montañosas son demasiado frías y ventosas. Por debajo de los 1000 m., el agua de los océanos y mares resulta demasiado oscura y fría para que las algas, alimento de muchos animales marinos, sobrevivan. Sin embargo, algunos animales están adaptados a la vida en los hábitats más duros.
La biosfera ha permanecido lo suficientemente estable a lo largo de cientos de millones de años como para permitir la evolución de las formas de vida que hoy conocemos. Las divisiones a gran escala de la biosfera en regiones con diferentes patrones de crecimiento reciben el nombre de regiones biogeográficas.
El intercambio de materia y energía en el ecosistema
El ecosistema es un sistema vivo en el que circulan la materia y la energía, pero ¿cómo lo hacen? La materia de un ecosistema sigue una circulación cerrada: se recicla (en los seres vivos la materia sigue una circulación abierta). Por eso se habla de ciclo de la materia. La energía de un ecosistema sigue, en cambio, una circulación abierta: el ecosistema pierde energía. Por eso no se habla de ciclo, sino de flujo de energía.
LA CIRCULACIÓN DE MATERIA EN EL ECOSISTEMA
En el planeta Tierra la materia circula de forma cerrada, siguiendo los llamados ciclos biogeoquímicos. Hay dos clases de ciclos:
Gaseosos: la materia, al circular, pasa por la atmósfera. Los ciclos del agua, del carbono, del nitrógeno y del azufre son ciclos gaseosos.
Sedimentarios: la materia circula entre el medio acuático, el medio terrestre y a través de la cadena alimentaria de un modo similar al de los ciclos gaseosos. La gran diferencia es que no atraviesa ninguna fase gaseosa. El azufre sigue este ciclo.
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Roberto Real de León Julia Vargas Rubio Marco Antonio Flores Enríquez
Estudio de Arqué Poética y Visualística Prospectiva
Departamento de Investigación y Conocimiento del Diseño
División de Ciencias y Artes para el Diseño
Hermeneusis: Jozabed Rosales Mendoza